Estefanía Sánchez Garrandés, Daniel Bouzas Pérez, M.ª Carmen Martín Moretón y Marta Fernández Hernández
Prevención de los trastornos musculoesqueléticos en la práctica quirúrgica. Higiene postural, gimnasia y ejercicio físico
En este capítulo se pretende mostrar, de forma práctica, los cuidados generales en quirófano y los ejercicios más eficientes, tanto en quirófano como en el domicilio, tras una intervención y prevenir así los TME.
El objetivo general de la ergonomía en quirófano que incluye también la higiene postural de los profesionales del área quirúrgica para evitar lesiones musculoesqueléticas, consiste en adaptar el trabajo a las capacidades y posibilidades del ser humano mediante una serie de soluciones, destinadas a mejorar las condiciones de trabajo con el propósito de eliminar o reducir la presencia de fatiga o las alteraciones producidas por una sobrecarga física, disminuir las bajas laborales o el absentismo y contribuir a aumentar la satisfacción y el rendimiento en el lugar de trabajo.
La higiene postural es el conjunto de normas cuya finalidad es mantener una correcta posición del cuerpo, ya sea en posición dinámica u ortostática, para proteger principalmente la columna vertebral al realizar las actividades diarias, laborales o de ocio, y prevenir las posibles lesiones musculoesqueléticas derivadas de posturas estáticas y movimientos incorrectos, repetitivos o de sobrecargas musculares.
Los expertos en salud laboral han llegado a la conclusión de que la mejora en las condiciones de trabajo es el medio más eficaz para reducir el riesgo de sufrir lesiones.
La implementación de programas de entrenamiento-soporte físico o la realización de simples ejercicios de estiramiento en el trabajo pueden reducir la incidencia de lesiones musculoesqueléticas entre el colectivo quirúrgico. Fortalecer la musculatura abdominal y lumbar con la realización de ejercicio físico puede servir como método preventivo del dolor de espalda.
Existe una alta prevalencia de lesiones musculoesqueléticas entre los profesionales del área quirúrgica debido a la incorrecta higiene postural, a la larga duración de las intervenciones y al hecho de permanecer durante periodos prolongados en posición ortostática.
Por ello, cabe destacar la importancia de fomentar una adecuada higiene postural, evitando malos hábitos posturales y tratando de aplicar las medidas descritas a continuación para mejorar la calidad del profesional y prevenir lesiones musculoesqueléticas, así como para reducir las tasas de ausencia en el puesto de trabajo debido a tales lesiones.
El hecho de estar de pie durante periodos prolongados, con frecuencia en posiciones in cómodas, es una causa frecuente de dolor en la zona baja de la espalda. Se deben evitar los esfuerzos agotadores y las posturas corporales incómodas o tensas.
FIGURA 1
- Distribuya el peso uniformemente sobre ambos pies, pasándolo de vez en cuando de un pie a otro si lleva mucho tiempo de pie.
- No estire totalmente las rodillas. Una posición de ligera flexión es menos cansada.
- Mantenga la espalda recta, alineada con las rodillas.
A veces se necesita algún tipo de plataforma (escalones o banqueta) para que la EI y/o el ayudante del cirujano puedan trabajar a una altura adecuada. Estas plataformas deben ser lo bastante anchas y largas para permitir estar sobre ellas con los pies separados. Si el cirujano es bajo, puede estar sobre uno de estos escalones para permitir que el resto del equipo tenga la mesa de operaciones a una altura cómoda para trabajar.
Asimismo, es igualmente importante corregir la postura cuando se está sentado. La espalda tiene la máxima resistencia cuando está recta. Cuando estén sentados, los miembros del equipo deben sentarse bien atrás en el sillón o la silla, con el cuerpo recto desde las caderas al cuello. Al inclinarse hacia delante, lo harán por las caderas, no por los hombros (Figura 4) o por la cintura. Alinee la cabeza y el cuello con el cuerpo manteniendo la curvatura lumbar. Esta posición es la que provoca menos tensiones en los músculos, ligamentos y órganos internos. (Figura 5)
Los ayudantes de campo pueden sufrir el síndrome del túnel carpiano por tener que suje tar los retractores en una posición concreta durante largos periodos de tiempo. (Figura 6) El síndrome del túnel carpiano es una forma de lesión estresante repetitiva provocada por una tenosinovitis que presiona el nervio mediano de la mano. En consecuencia, los dedos pulgar, índice y anular experimentan un hormigueo y se hinchan. Es importante mantener una posición cómoda de la muñeca de manera que sufra la menor tensión posible en una posición neutra de flexoextensión y pronosupinación cuando se requiere mantener posturas estáticas durante periodos prolongados. (Figura 7) Los retractores automáticos ayudan a aliviar en parte esta tensión.
Es importante intentar mantener el cuerpo tan cerca como sea posible de la persona o máquina que haya que levantar o mover mientras se mantiene la espalda recta. Para ello, nos colocaremos en el lado homolateral del campo de trabajo. (Figura 9) De lo contrario, deberíamos inclinarnos hacia adelante, aumentando la carga de trabajo sobre la zona lumbar. (Figura 8)
La mesa de operaciones se ajusta a la altura idónea de trabajo del cirujano. Los miembros del equipo deben poder estar de pie con los brazos cómodamente relajados desde los hombros, sin apoyarse. En la mayoría de los movimientos de trabajo no deberían necesitar levantar las manos por encima del nivel de los codos. (Figura 10 y 11)
En quirófano, hay determinados gestos o posiciones que son inevitables. Debemos inten tar mantener la mejor posición posible, con una tensión de carga mínima. (Figuras 12 y 13) En estas situaciones es indispensable realizar ejercicios para la prevención de lesiones, como los que explicaremos más adelante.
El hecho de apoyar el peso en un solo pie provoca una tensión mayor. Cuando, estando de pie, se mantienen los dos pies juntos, la musculatura de los muslos debe estar continuamente en tensión para mantener la postura erecta (Figura 14). Por el contrario, cuando los pies están separados, los ligamentos de las caderas y de las rodillas soportan el peso del cuerpo con menos esfuerzo. Por ello, cuando se está mucho rato de pie junto a la mesa de quirófano es bueno adoptar una postura de pies separados, pues es menos cansada para el personal de quirófano. (Figura 15)
En intervenciones en las que es necesario el uso de un monitor (para un control radiológico, por ejemplo), el cirujano tiende a girar exclusivamente el cuello o, por el contrario, a adoptar posturas estáticas de inclinación/torsión del tronco, restringiendo los movimientos del resto de zonas del cuerpo. (Figura 16) Es importante girar todo el cuerpo para no doblar la cintura, realizando así un movimiento más dinámico de forma global. (Figura 17)
Otra forma importante de compensar la diferencia de altura entre cirujanos en cuanto a la posición adecuada de la mesa de operaciones sin tener que ajustar su altura, o simplemente en procedimientos concretos o maniobras que impliquen manipular cargas pesadas, es trabajar con la fuerza y mecánica de las extremidades inferiores y no inclinando la columna (concretamente, en la imagen que mostramos a continuación, flexionando las rodillas). (Figura 18)
Estiramientos y ejercicios en la prevención de patologías musculoesqueléticas
Dividiremos este apartado en los diferentes cuidados y ejercicios según la región anatómica. Hemos querido exponer aquellos que se pueden realizar de manera fácil y accesible en un espacio pequeño (sala de descanso de quirófano, por ejemplo).
Encontrarán la descripción del ejercicio junto con una imagen para visualizar la forma de realizarlo.
Prevención de lesiones del área cervical
Estiramientos de la musculatura cervical: mantener 15-30 segundos y volver a la posición inicial.
Trapecio: con una mano agarrada al asiento, ladeamos la cabeza hacia el hombro contrario y, con nuestra mano, empujamos la cabeza hacia abajo para notar la presión entre el cuello y el hombro. (Figuras 19 y 20)
Elevador de la escápula: llevamos la barbilla al pecho realizando una rotación de 45º, dejando la cabeza mirando al exterior. Con la mano contraria al lado que debamos estirar provocaremos una ligera flexión. (Figuras 21 y 22)
Musculatura profunda del cuello: con las dos manos realizaremos una ligera presión en flexión notando el estiramiento en la zona media-alta del cuello. (Figuras 23 y 24)
Prevención de lesiones en las extremidades superiores
Rotación de hombros: movilización de la cintura escapular: no partimos de una posición doblada, la espalda debe estar recta. Los movimientos serán lentos y combinados con una buena respiración. Levantamos los hombros cogiendo aire y retrasamos bien sacando el pecho; soltamos el aire abajo y repetimos. (Figuras 25 y 26)
Estiramiento capsular anterior: frente a un rincón con las palmas de las manos sobre ambas paredes, a la altura de los hombros. Aproximamos el pecho al rincón hasta notar tirantez en el pecho y en la cara anterior del hombro. Mantenemos la posición durante 20-30 segundos. (Figuras 27 y 28)
Estiramiento del pectoral mayor: apoyando una mano en la pared, con los dedos hacia atrás y el codo extendido, giramos el tronco hacia el lado contrario. Mantenemos la posición durante 10-20 segundos y volvemos lentamente a la posición inicial. (Figuras 29 y 30)
Estiramiento del deltoides: partimos de una posición de pie o en sedestación, con la espalda erguida. Cruzamos uno de nuestros brazos por delante de nosotros, mientras la mano del brazo contrario empuja el codo hacia nuestro pecho, y mantenemos esta posición. (Figura 31)
Estiramiento del músculo tríceps y dorsal ancho: de nuevo en posición de pie, con la espalda erguida, llevamos uno de los brazos por detrás de la cabeza, intentando llevar el hombro por detrás de la columna cervical. Con la mano del brazo contrario intentamos aumentar la flexión del codo e inclinamos el tronco hacia el lado contrario. (Figuras 32 y 33)
Estiramiento de los rotadores externos: en posición erguida llevaremos uno de los brazos por detrás del cuerpo en rotación interna. Con la mano del brazo contrario tomaremos la muñeca e intentaremos llevarla hacia el hombro contrario.
Prevención / tratamiento de la epicondilitis
Estiramientos en epicondilitis: codo en extensión alineado con la muñeca. Empujamos con la mano contralateral para aumentar al máximo la flexión palmar de la muñeca, hasta notar una sensación de tirantez o tensión. Mantenemos la posición 30 segundos. (Figura 35)
Ejercicio excéntrico de musculatura epicondílea. Partimos de la siguiente posición: codo en flexión apoyado sobre la mesa, muñeca libre y en flexión dorsal. Llevamos la muñeca lentamente hacia la máxima flexión palmar contando hasta 30. Volver a la posición inicial con la ayuda de la otra mano. (Figuras 36 y 37)
Automasaje transverso para la epicondilitis: el automasaje del tendón insercional en el epicóndilo de los músculos extensores de la muñeca y dedos puede ser esencial en el tratamiento de la epicondilitis o codo de tenista. Con este masaje aumentaremos la irrigación en la zona y facilitaremos la orientación de las fibras tendinosas en los procesos de reestructuración.
Las características fundamentales de este masaje son las siguientes: transverso a la dirección de las fibras del tendón (que va de proximal a distal, por ello el masaje será de dentro hacia fuera y de fuera hacia dentro del codo); intenso y doloroso; durante 5 a 10 minutos; con el tendón en ligera tensión; cada 6-7 días; hielo local al finalizar. (Figuras 38 y 39)
Estiramientos para la prevención / el tratamiento de la tendinopatía de De Quervain: en el primer estiramiento colocamos el pulgar dentro de la mano, cerrando el resto de dedos sobre él. A continuación realizamos una desviación cubital de la muñeca, es decir, desviamos la muñeca hacia el meñique provocando tensión en los músculos que extienden y separan el pulgar. (Figuras 40 y 41) En el segundo estiramiento con el codo estirado cogeremos el pulgar por el interior realizando una rotación o supinación externa del antebrazo a la vez que realizamos una flexión dorsal y extensión del pulgar para estirar la musculatura más importante de éste. (Figuras 42 y 43)
Ejercicios para potenciar y estirar la musculatura fina de la mano en la prevención de posiciones de tensión con carga
Flexión-extensión de dedos sobre una mesa: manteniendo los pulgares separados del resto de los dedos, y dirigidos uno hacia otro, flexionamos por completo el resto de dedos cerrando la mano y volvemos a extenderlos sobre la mesa. Mantener 2-3 segundos.
(Figuras 44 y 45)
Hacer la letra O: acercar la punta del dedo pulgar a la punta del índice y del corazón haciendo con cada uno de ellos la forma de la letra O. Mantener 2-3 segundos. (Figura 46)
Separación del pulgar: separamos el pulgar del segundo dedo hasta formar entre ambos un ángulo de 90º, manteniéndolo 2-3 segundos, y luego lo acercamos hasta que el ángulo sea de 45º. (Figura 47)
Extensión individual de cada dedo: despegar individualmente cada dedo del plano de la mesa. (Figura 48)
Flexión-extensión IFP cuatro últimos dedos: flexionamos la interfalángica proximal (IFP) de los dedos segundo al quinto manteniendo el resto de articulaciones extendidas, sin despegar el resto de la mano de la mesa. (Figura 49)
Flexión-extensión IFD cuatro últimos dedos: flexionamos la interfalángica distal (IFD) de los dedos segundo al quinto manteniendo el resto de articulaciones extendidas, sin despegar la mano de la mesa. (Figura 50)
Prevención de lesiones en el área lumbar
Corrección postural en bipedestación: de pie, con la espalda apoyada en la pared, tratamos de corregir la cifosis dorsal y acercar el occipucio a la pared, manteniendo el máximo contacto con la pared. (Figura 51)
Estiramiento lumbosacro en silla: flexionamos el cuello y el tronco, llevando las manos a los pies. Mantenemos 10-30 segundos y volvemos a la posición inicial. (Figuras 52 y 53)
Flexibilización de la columna lumbar: en una silla, cruzamos una de las piernas sobre la otra, rotamos el tronco y la cabeza hacia el lado de la pierna que está encima y fijamos la posición colocando el codo al nivel de la rodilla. Lentamente, volvemos a la posición inicial y repetimos este estiramiento hacia el otro lado. La duración idónea de cada estiramiento será de entre 30 segundos y 1 minuto; puede repetirse varias veces. (Figuras 54 y 55)
Estiramiento músculo piramidal: flexionamos la pierna y la cruzamos por encima de la contralateral; una mano envuelve rodilla y, la otra, el tobillo. Acercamos la rodilla al tronco al mismo tiempo que la mano del pie imprime una rotación sobre la pierna. (Figura 56)
Bácula pélvica: flexibilización de la columna lumbar: para realizar correctamente este ejercicio debemos posicionarnos en el borde de la silla, de manera que podamos abrir las piernas y facilitar la movilidad de la pelvis. Durante el ejercicio, moveremos la pelvis hacia adelante y hacia atrás para mejorar la movilidad de la columna lumbar. (Figura 57)
Estiramientos de la musculatura de las extremidades inferiores
Estiramiento del psoas iliaco: apoyamos la rodilla de la pierna que vamos a estirar sobre nuestra silla giratoria de la oficina, nos apoyamos en los antebrazos e inclinamos el tronco hacia el escritorio. En esta posición desplazamos la silla hacia atrás mientras flexionamos la rodilla de la pierna de base, mantenemos durante 30 segundos y volvemos a la posición inicial lenta y progresivamente. Repetimos hacia el otro lado. Para progresar en el estiramiento, prácticamente nos vamos a tumbar sobre el escritorio llevando la silla más hacia atrás y flexionando más la rodilla de la pierna de base. (Figura 58)
Estiramiento de la banda iliotibial: Cruzar las piernas. Inclinar el tronco hacia el lado sano manteniendo los brazos por encima de la cabeza. Mantener 20-30 segundos. (Figura 59)
Estiramiento de los aductores: separamos las piernas lo máximo posible. Flexionamos la espalda recta de forma lenta y progresiva. Mantenemos durante 20-30 segundos, relajamos y repetimos de nuevo intentando llegar un poco más allá. (Figuras 60 y 61)
Estiramiento del cuádriceps: flexionamos la rodilla hasta alcanzar con la mano el empeine del pie. Llevamos pasivamente el talón en dirección a la región glútea. Mantenemos 10-30 segundos y volvemos a la posición inicial. (Figura 62)
Estiramiento de los isquiotibiales: inclinamos el cuerpo hacia adelante evitando que la rodilla se doble y manteniendo la columna lumbar recta. Mantenemos la posición durante 10-30 segundos. (Figura 63)
Ejercicios excéntricos de tríceps sural para tendinopatía Aquilea:
- Apoyamos la parte media y anterior del pie en el borde del escalón. Con la rodilla extendida, descendemos el talón dejando caer el peso del cuerpo sobre él. Mantenemos unos 10 segundos. Utilizamos el otro pie para volver a la posición inicial. (Figura 64)
- De puntillas sobre el pie afectado, y con la rodilla extendida, bajamos el talón hasta el suelo. Mantenemos unos 10 segundos. Utilizamos el pie no afectado para volver a la posición de partida. (Figura 65)
Estiramiento manual de la fascia plantar: cruzamos la pierna afectada sobre la sana y colocamos la mano del lado afectado bajo la base de los dedos del pie. Aplicamos una fuerza lenta y progresiva, provocando la dorsiflexión de los dedos y del tobillo hasta notar tensión. Mantenemos 10 segundos. (Figuras 66 y 67)
Estiramiento de la fascia con toalla: colocamos la pierna afectada extendida y una toalla bajo los dedos del pie. Tiramos de la toalla con una fuerza lenta y progresiva, provocando la dorsiflexión de los dedos y del tobillo hasta notar tensión. Mantenemos 10 segundos. (Figura 68)
Fortalecimiento dinámico de la fascia plantar: recogemos la toalla, arrugándola en dirección al talón, flexionando y estirando los dedos, sin despegar el talón del suelo. (Figuras 69 y 70)
Puntos clave
- El dolor musculoesqulético es altamente prevalente entre el personal sanitario. Debido a la carga laboral, horarios y estrés psicológico que se produce en los quirófanos, su personal es especialmente sensible a estas patologías.
- La ergonomía es básica en este medio laboral con el objetivo de adaptar el trabajo a las capacidades y posibilidades del ser humano con el propósito de eliminar o reducir la presencia de fatiga o alteraciones producidas por la sobrecarga física. Debemos adaptar el puesto de trabajo al trabajador y no el trabajador al puesto de trabajo.
- La higiene postural (conjunto de normas cuya finalidad es mantener la correcta posición del cuerpo) nos facilitará la consecución de estos objetivos.
- Los ejercicios explicados pueden ayudar a reducir la incidencia de lesiones músculo-esqueléticas entre el colectivo quirúrgico.
- En este capítulo hemos representado de manera gráfica varias opciones de ejercicios para las diferentes regiones corporales y normas higiénico posturales pensadas en el personal de quirófano.
Bibliografía
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- Autor institucional, O.I.T. “Atención al dolor Prevención de las lesiones y enfermedades profesionales a través de la ergonomía” Revista del Trabajo. Sept-oct. 1997.
- Nogareda Cuixart S, Centro Nacional de Condiciones de Trabajo. Prevención de trastornos musculoesqueléticos en el sector sanitario. Buenas prácticas. INSHT 2012.
- Fotografías realizadas en HUMV con la colaboración del servicio de Ortopedia y Traumatología.