Libro blanco sobre la Presbiacusia

-----

ISBN: 978-84-09-30540-7

Dr. Xabier Altuna Mariezcurrena - Dra. Maria Montserrat Soriano

Rasgos clínicos e impacto social de la presbiacusia

La pérdida auditiva es un problema significativo para las personas mayores; después de la hipertensión y la artritis, es el tercer problema crónico más importante (Collaborators GDaIIaP1). Según la World Health Organization, aproximadamente un tercio de la población mundial mayor de 65 años tienen una pérdida de audición discapacitante (WHO 20182).

La presbiacusia, o pérdida auditiva debida a la edad, aparece principalmente por encima de los 60 años, aunque puede aparecer más precozmente. Tiene aproximadamente una prevalencia del 40% en la población de más de 65 años (Ohlemiller3), llegando hasta un 80% en los mayores de 80 años (Gates4). La presbiacusia se presenta a medida que las personas envejecen, siendo un proceso biológico evolutivo común a todos los receptores sensoriales. Nos encontramos ante un proceso de pérdida auditiva neurosensorial progresiva, irreversible y simétrica bilateralmente. Comienza de forma insidiosa por las frecuencias agudas, avanza afectando a las frecuencias medias y, finalmente, se lesionan las frecuencias graves, que es cuando el paciente toma consciencia real de su enfermedad.

La pérdida auditiva es debida al deterioro producido por la edad, principalmente en la degeneración de la cóclea, más pronunciada a nivel de la espira basal, y sus vías nerviosas (Gil-Carcedo5).

A pesar de su elevada prevalencia, la pérdida auditiva suele ser subestimada en las personas mayores, ignorando que la pérdida de la audición puede tener un gran impacto negativo en la salud del individuo. En las primeras fases suele ser la familia la primera en percibir la pérdida auditiva del paciente, y la que lo lleva al especialista.

La presbiacusia no impide que los pacientes en situaciones de silencio y con un solo interlocutor, se relacionen aceptablemente desde el punto de vista auditivo. El problema se presenta en situaciones de ruido ambiente, en grupo, o cuando se interactúa con varias personas a la vez. En estas situaciones, el presbiacúsico oye, pero no entiende, sufriendo una dificultad para la inteligibilidad de la palabra. En estas situaciones, y para no molestar y no hacer repetir al que habla, el paciente no participa de la conversación y se va aislando poco a poco. No pregunta, no entiende y no participa, lo que termina produciendo cambios en su personalidad (Cramer6, Karlsson7). Muchas veces, es el propio paciente el que, aun dándose cuenta de su deterioro auditivo no quiere aceptar la solución protésica que se le propone.

Otro síntoma otológico que a veces presentan estos pacientes son los acúfenos, que deben también ser estudiados y tratados adecuadamente (López8).

Aunque los síntomas auditivos son lo más relevantes, no debemos olvidarnos de otros síntomas asociados, como son los vestibulares, psicológicos y mentales. Los síntomas vestibulares se presentan especialmente como alteraciones del equilibrio, por alteración no solo del sistema vestibular, sino también por degeneración del sistema sensorial periférico y del sistema visual, que también degeneran, como el sistema auditivo.

La hipoacusia no tratada contribuye al aislamiento, depresión, disminución de autoestima, demencia y disminución de la calidad de vida. Múltiples estudios han posicionado la hipoacusia como el potencial factor de riesgo modificable para la demencia. Se ha hipotetizado que la falta de estimulación de las vías auditivas, al igual que la falta de atención y concentración para comprender el lenguaje, produce una disminución de la estimulación cerebral resultando en la depleción de la reserva cognitiva. El tratamiento de la presbiacusia y, por lo tanto, la constante estimulación de las vías auditivas y cerebrales, produciría una reducción del riesgo de demencia del 9% (Uchida9, Lin10).

A pesar de la alta prevalencia de esta enfermedad, es ignorada por muchos autores en sus tratados. Así, por ejemplo, en el Tratado de Berendes (Berendes11) no existe un capítulo que hable de la presbiacusia. No hay que confundir la presbiacusia con la hipoacusia por trauma acústico o la producida por tóxicos.

Se han descrito varios tipos de presbiacusia: sensorial, neural, coclear conductiva y metabólica (Dubno12). En cualquier caso, la curva audiométrica suele ser similar en todas ellas. En el cuadro de la presbiacusia central se producen cambios audiométricos que afectan fundamentalmente a la discriminación verbal, a la inteligibilidad de la palabra y velocidad del procesamiento, resultando en una comprensión pobre del lenguaje en sitios ruidosos y una comunicación deteriorada, lo que suele coincidir con otros trastornos de tipo neurológico.

En el oído externo, la impactación de cerumen se ha descrito con mayor prevalencia en mayores de 65 años que en otros grupos de pacientes, causando una hipoacusia de conducción. Esto es consecuencia de una degeneración generalizada del epitelio, incluyendo los microcilios, sin que se produzca una reducción de la producción de cerumen. Otras causas de pérdida de audición son las relacionadas con el oído medio como las alteraciones de la tonicidad de la musculatura del oído medio, alteraciones de las articulaciones, pérdida de la elasticidad y aumento de la rigidez; todo lo cual podría dificultar la transmisión del sonido, alterar el patrón del timpanograma y abolir el reflejo acústico estapedial (Sogebi13).

Existen varios niveles de deterioro auditivo:

  • El paciente oye pero no entiende, especialmente en ambientes con ruido.
  • Deterioro importante de la audición al afectarse las frecuencias graves, por lo que el paciente oye muy mal. Dificultad importante para comunicarse oralmente.

Ante dichas situaciones, es importante que la familia que convive con un presbiacúsico se adapte un poco a él, le hable de frente, vocalizando bien, y evitando las conversaciones en grupo o con ruido ambiente; y también pensar en el deterioro cognitivo de las personas añosas.

Todo lo descrito anteriormente sobre la presbiacusia se resume en:

  • Las frecuencias agudas están afectadas.
  • No existe reclutamiento en la presbiacusia.
  • Con el tiempo también se afectan las frecuencias graves.
  • Se disminuye la selectividad frecuencial.
  • Disminución de la inteligibilidad del habla.
  • Dificultad de comprensión del habla cuando el interlocutor habla rápido.
  • Alteraciones de la comunicación interpersonal.
  • Alteraciones de la voz, que se hace más baja y a veces vibrante.
  • Pueden presentar acúfenos.
  • Alteraciones del órgano del equilibrio.
  • Estado depresivo por la soledad e introversión.
  • También suele estar disminuida la capacidad visual.

Impacto social

La ancianidad suele identificarse como un período de progresivo y predecible deterioro, tanto físico como cognitivo, pero con una gran variabilidad individual, por lo que la edad cronológica no constituye el mejor de los índices para determinar la evolución de una persona. En los aspectos cognitivo, audiocomunicativo y socioemocional. Al igual que los parámetros audiométricos no definen el nivel de discapacidad auditiva, ya que hay factores como el entorno o las ayudas exteriores, entre otros, que influyen en la percepción personal auditiva.

Los mayores con hipoacusia son más propensos a padecer trastornos depresivos, a mostrarse insatisfechos (Albers14). Su vida social se ve disminuida y se produce un aislamiento social.

La prevalencia del deterioro cognitivo produce:

  • Alteraciones de la memoria.
  • Cambios en los hábitos cotidianos.
  • Dificultades en la alimentación y la higiene.
  • Problemas de orientación espacial o temporal.
  • Dificultades de concentración.
  • Dificultades en el lenguaje.
  • Dificultades motrices.

Todo lo anterior puede verse agravado por la pérdida auditiva, porque incrementa los efectos de la degeneración de la memoria, produce un mayor desgaste en la atención e incrementa la fatiga. La presbiacusia, por lo tanto, dificulta:

  • La atención selectiva.
  • El comportamiento.
  • La memoria a corto plazo.
  • El reconocimiento de la señal acústica.
  • La velocidad y agudeza en la elaboración de las respuestas.
  • La información acústico-lingüística recibida.

En los pacientes ancianos con presbiacusia se observa:

  • Dificultad en la compresión del lenguaje degradado.
  • Dificultades en la compresión verbal.
  • Reducción de la comprensión del lenguaje con ruido de fondo.
  • En ello influye la gran importancia que tienen el timbre y la altura de la voz del hablante.

En general, se trata de una regresión de la conducta psicolingüística producida por la presbiacusia. Los cambios producidos por el envejecimiento en la comunicación y el lenguaje son fruto de las interacciones entre el sistema cognitivo, las relaciones sociales, los aspectos emocionales y, por supuesto, la salud de sistema auditivo. Actualmente se cree que el deterioro generado por el proceso natural del envejecimiento suele ser la causa principal de la lógica degeneración cognitiva, comunicativa y auditiva de la persona mayor (Eckert15). En estas situaciones, que requerirían una adaptación por parte del individuo, el anciano está menos capacitado para adaptarse y generar nuevas estrategias. Se produce una disminución de la atención y desconfianza de la persona hacia su entorno, dirigiéndola a su aislamiento. A todo esto, hay que añadir los probables aspectos neurológicos y la tendencia del anciano a tener un bajo concepto de sí mismo, lo que le crea ansiedad y depresión leve, que disminuyen la capacidad de adaptación social y lleva a alteraciones afectivas (Ciorba16).

La presbiacusia puede crear un gran conflicto familiar, ya que el paciente no oye, no entiende y se cansa de decir «¿eh?», a la vez que los familiares se cansan de repetir. Dicha situación obliga a buscar estrategias que ayuden a paliar la problemática originada, especialmente desde el punto de vista tecnológico, y también de una gran comprensión por parte de la familia. Sobre todo, teniendo en cuenta que solamente un 20% de los pacientes que podrían beneficiarse de una ayuda auditiva la han comprado y entre el 25-40% abandona o subutiliza las audioprótesis (Hanratty17).

Existen múltiples trabajos sobre la mejoría de la calidad de vida y la disminución del deterioro cognitivo en los presbiacúsicos con audioprótesis e incluso con implantes cocleares (Clark18, Amieva19). La lectura labial les puede ayudar, aunque a estas edades, y con el deterioro de sus capacidades neurosensoriales, no es fácil el aprendizaje.

Si pensamos en un origen multifactorial de la presbiacusia, es evidente que la prevención juega un papel importante. Por lo tanto, debemos ocuparnos de aquellos factores que pueden influir en su aparición, como las causas genéticas, factores cardiovasculares, el tabaco, la diabetes, el ruido, el alcohol, los fármacos ototóxicos, entre otros (Pere Abelló20).

Bibliografía

  1. Collaborators GDaIIaP. Global, regional, and national incidence, prevalence, and years lived with disability or 328 diseases and injuries for 195 countries. 1990-2016: a systematic análisis for Global Burden of Disease Study 2016. Lancet 2017;390(10100): 1211-59.
  2. Addressing the Rising Prevalence of Hearing loss. World Health Organization: Geneva, Switzerland, 2018.
  3. Ohlemiller, K.K. Age-related hearing loss: the status of Schuknecht’s tipology. Curr Opinion Otolaryngol. Head Neck Surg 2004; 12: 439-443.
  4. Gates G, Mills J. Presbycusis. Lancet. 2005; 366:1111-20.
  5. Gil-Carcedo, L.M. Vallejo, L.A, Gil-Carcedo, E. Otología. Presbiacusia, cap. 21, 2ª edición. Buenos Aires: Ed. Médica-Panamericana, 2004. Págs. 305-9.
  6. Cramer, A. I can hear you, but I don’t understand you. Why is it so important to peceive high frequencies?. HNO. 2012; 60(6): 532-9.
  7. Karlsson, A.K.; Rosenhall, U; Erlandsson, S; Steen,B. The two faces of presbyacusis: hearing impairment and psychosocial consequences. International Journal Audiology. 2009; 41 (2).
  8. López, M.A.; Abrante, A; Esteban, F. Averigua la cuasa del acúfeno y ponle tratamiento. Sevilla: Printed by Publidisa, 2012.
  9. Uchida, Y; Sugiura, S; Nishita, Y; Saji, N; Sone, M; Ueda, H. Age-related hearing los and cognitive decline – The potential mechanisms linking the two. Auris nasus larynx. 2019;46: 1-9.
  10. Lin FR, Yaffe K, Xia J, Xue QL, Harris TB, Purchase-Helzner E, Satterfield S, Ayonayon HN, Ferrucci L, Simonsick EM; Health ABC Study Group. Hearing loss and cognitive decline in older adults. JAMA Intern Med. 2013; 173(4): 293-9.
  11. Berendes, J, Link, R, Zollner F. Tratado de otorrinolaringología. Barcelona: Editorial Científico-Médica, 1969.
  12. Dubno, J.R.; Eckert, M.A.; Lee, F.S.; Matthews, L.J.; Schmiedt, R.A. Classifying human audiometric phenotypes of age-related hearing loss from animal models. J Assoc Res Otolaryngol. 2013; 14: 687-701.
  13. Sogebi O.A. Middle ear impedance studies in elderly patients: implications on age-related hearing loss. Braz JOtorhinolaryngol. 2015; 81:133-40.
  14. Albers, K. Hearing loss and dementia: new-insights. Minn Med. 2012; 95 (1): 52-4.
  15. Eckert, M.A; Harris K.C; Lang H; Lewis, M.A.; Schmiedt, R.A.; Schulte, B.A; Steel, K.P.; Vaden, K.I.; Dubno, J.R. Translational and interdisciplinary insights into presbyacusis: A multidimensional disease. Hear Res. 2021; 402: 108109.
  16. Ciorba, A; Bianchini, A; Peluchi, S; Pastore, A. The impact of hearing loss on the quality of life of eldery adults. Cli. Interv. Aging. 2012; 7:159-63.
  17. Hanratty B, Lawlor DA: Effective management of the elderly hearing impaired: a review. J Public Health Med. 2000; 22: 512–517.
  18. Clark, J.H; Yeagle J; Arbaje, A.I; Lin, F.R; Niparko, J.K; Francis, H.W. Cochlear impant rehabilitation in older adults: literatura review and proposal of a conceptual framework. J. Am. Geriatr. Soc. 2012; 60 (10): 1936-45.
  19. Amieva H, Ouvrard C, Giulioli C, Meillon C, Rullier L, Dartigues J.F. Self-Reported Hearing Loss, Hearing Aids, and Cognitive Decline in Elderly Adults: A 25-Year Study. J Am Geriatr Soc. 2015;63(10):2099-104.
  20. Abelló, P. Presbiacusia. Exploración e intervención. España: Elsevier, 2010.