Estrategias diagnósticas en el cribado auditivo en recién nacidos

El estudio aporta las diferencias básicas entre los resultados del programa de detección de hipoacusias en recién nacidos en el Hospital de Valme y en el resto de Andalucía.

Prof. Frank R. Lin

Publicación 19-10-2015

El estudio aporta las diferencias básicas entre los resultados del programa de detección de hipoacusias en recién nacidos en el Hospital de Valme y en el resto de Andalucía.

La hipoacusia se define como la disminución de la percepción auditiva, que es la vía habitual de adquisición del lenguaje, y representa un importante problema de salud especialmente si aparece durante la infancia ya que, como consecuencia de las deficiencias en la audición conducirá a unas limitaciones en la adquisición del lenguaje hablado.

Podemos clasificar las hipoacusias según diversos factores:

Según la etiología

  • Hipoacusias genéticas, que representan un 60% del total.
  • Hipoacusias no genéticas.

Según la localización de la lesión causal:

  • Hipoacusias de percepción o neurosensoriales, en las que la lesión se localiza en el receptor sensorial de la audición del oído interno, o bien, en las vías auditivas.
  • Hipoacusias de transmisión o de conducción, en las que la lesión se localiza a nivel de oído medio y/o externo.

Según su intensidad:

  • Hipoacusias leves (pérdida media entre 21 a 40 dB).
  • Hipoacusias moderadas (pérdida entre 41 a 70 dB).
  • Hipoacusias severas (pérdida de 71 a 90 dB).
  • Hipoacusias profundas (pérdida en la percepción auditiva superior a 90 dB).

La sordera provoca unos trastornos cuyos efectos trascienden ampliamente la imposibilidad de hablar. Las personas afectadas por una hipoacusia padecen retraso en el lenguaje y académico, y tienen peores expectativas laborales y profesionales. El momento en que se producen las hipoacusias y la detección lo más temprana posible es fundamental porque el pronóstico está en gran medida determinado por ellos. Cuanto más severa y precoz sea la hipoacusia, mayores alteraciones se producen en el desarrollo del sujeto, sobre todo si se da antes o durante la adquisición del lenguaje.

Actualmente, algunos autores sostienen que las intervenciones durante los 3-6 meses de vida del menor suponen una mejora considerable del lenguaje, respecto a las intervenciones realizadas a partir del año.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) la incidencia de la hipoacusia severa o profunda se establece en un 1/1.000 recién nacidos, en un 3/1.000 las de tipo moderado, y en un 5/1.000 los niños con algún tipo de deficiencia auditiva.

Archivo: PDF Tamaño: 1.11mb